La sedación dental es el uso de medicamentos para ayudar a los pacientes a relajarse durante procedimientos dentales, reduciendo la ansiedad y el malestar.

Los tipos incluyen sedación mínima (consciente), sedación moderada (sedación consciente), y sedación profunda (anestesia).

La sedación puede administrarse por vía oral, inhalada (como el óxido nitroso), intravenosa (IV), o intramuscular.

Sí, cuando es realizada por un profesional capacitado, la sedación dental es segura. El equipo monitorea al paciente durante todo el procedimiento.

Los riesgos pueden incluir reacciones alérgicas, efectos secundarios del medicamento, o complicaciones respiratorias. El riesgo es mínimo con un adecuado monitoreo.

La duración varía según el tipo de sedación utilizada. Puede durar desde unas pocas horas hasta más tiempo, dependiendo de la profundidad de la sedación.

La sedación puede no ser adecuada para personas con ciertas condiciones médicas o que están tomando medicamentos específicos. Es importante consultar con el dentista.

El precio varía según el tipo de sedación, la duración del procedimiento y el lugar donde se realice. Es mejor consultar con la clínica para obtener una estimación precisa.

No, se recomienda que alguien te lleve a casa después de la sedación, ya que puedes sentirte somnoliento o desorientado.

La mayoría de los pacientes necesitan descansar y evitar actividades que requieran concentración después de la sedación. La recuperación completa varía según el tipo de sedación.

Generalmente, se recomienda ayuno antes del procedimiento, informar al dentista sobre medicamentos actuales y condiciones médicas, y seguir las instrucciones específicas dadas.