No, no estamos hablando de una película o serie de ciencia ficción. Hablamos de una de las incorporaciones que hemos hecho en Oris: la centrifugadora de plasma. Este aparato de última generación permite generar un coágulo bioactivo a partir de la propia sangre del paciente que, a su vez, servirá para mejorar la cicatrización de las heridas posteriores a una intervención en boca.

¿Cómo funciona?

Antes de la intervención, se recoge una pequeña muestra de sangre del o de la paciente. Esta muestra se introduce en la centrifugadora IntraSpin L-PRF, y una vez dentro, a través de un complejo proceso, separará y concentrará una serie de células y proteínas que darán como resultado un coágulo bioactivo. Es ese coágulo que, aplicado después de la intervención, libera plaquetas y factores de crecimiento. Gracias a esta fibrina de alta resistencia, la cicatrización y regeneración de los tejidos es mucho más rápida y menos dolorosa.

Es, para explicarlo de forma mucho más gráfica, como si pusiéramos una «tirita» biológica que acelerara la cicatrización porque se trata de material que el cuerpo no rechaza porque se ha generado a partir de nuestra propia sangre. Esta ‘tirita’ biológica y personalizada es rica en fibrina (proteína que hay en el plasma sanguíneo y que sirve para unir las plaquetas), plaquetas (células que forman la coraza que cicatriza las heridas) y leucocitos o glóbulos blancos (encargados de defender al organismo de sustancias extrañas o agentes infecciosos).

¿Dónde se utiliza?

Este sistema, en Oris, lo utilizamos en intervenciones quirúrgicas dentales, como implantes dentales, defectos óseos o del paladar, procedimientos de atrofia del hueso maxilar… Al basarse en material biológico del propio cuerpo ( plaquetas), reduce drásticamente el riesgo de alergia o los efectos secundarios.

Desde hace más de veinte años, en Oris confiamos en las últimas novedades tecnológicas aplicadas a la odontología. Todo ello para mejorar nuestros diagnósticos y tratamientos. Porque el bienestar dental es nuestro objetivo.