La recesión gingival se refiere a la pérdida progresiva del tejido de las encías y la exposición de la raíz de los dientes. Este problema afecta especialmente a las personas mayores, según se desprende de la última encuesta de salud oral realizada en España en el año 2020. Un 72% de la franja de edad entre los 65 y 74 años presenta algún tipo de recesión gingival. Y, de hecho, no es un problema exclusivo de las personas mayores: en la franja de edad de 35 a 44 años, esta dolencia afecta aproximadamente al 60% de los encuestados.

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Principales causas

La edad no es la única causa, evidentemente. Hay otros factores que hacen que la recesión se acentúe y empeore. Por ejemplo, si nos cepillamos los dientes de manera demasiado agresiva o con un cepillo excesivamente duro, las encías pueden resentirse y comenzar un proceso progresivo de desaparición. Y esto puede ocurrir incluso en pacientes relativamente jóvenes. Por lo tanto, es aconsejable utilizar cepillos eléctricos, con los cuales es mucho más fácil controlar la fuerza, o cepillos manuales con filamentos suaves.

Otro factor es la maloclusión, ya que puede ejercer una presión incorrecta contra las encías y provocar su retracción progresiva. Una vez más, vemos cómo una correcta alineación de los dientes no es solo una cuestión estética sino médica.

En cuanto a la recesión gingival, también influyen los factores genéticos, ya que hay personas que, por esta razón, tienen predisposición a desarrollar este tipo de patología. O, en caso de ser usuarios de prótesis, llevarlas mal ajustadas puede generar inflamaciones crónicas de las encías, lo que puede derivar en una recesión.

Finalmente, fumar es otro factor en tener en cuenta. Es uno de los primeros signos de alerta que los fumadores deben tener en cuenta.

¿Cómo se trata?

Dado que el tejido gingival desaparece progresivamente en estos pacientes, es más común encontrar episodios de caries, ya que las raíces están más expuestas a todos los elementos nocivos.

Este tejido gingival, una vez desaparece, no se regenera de manera natural. Es por esta razón que, en casos de degradación más avanzada, será necesario recurrir a tratamientos de injertos, utilizando tejidos del propio paciente o de colágeno artificial.

En Oris, nuestros especialistas evaluarán en todo momento el estado de tus encías y aplicarán el tratamiento más adecuado en función de los resultados de la exploración.