Muchos y muchas os habréis hecho esta pregunta: ¿qué cepillo es mejor y más eficaz, el eléctrico o el manual? Ambos son perfectamente válidos y útiles, siempre y cuando se utilicen con el tiempo de higiene necesario y con el nivel de presión adecuado.

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El cepillo eléctrico y el manual tienen ventajas e inconvenientes, y partidarios y detractores. Para tratar de deshacer mitos y leyendas urbanas con poca base científica, enumeraremos las virtudes de cada uno de ellos, adaptados a las necesidades de cada usuario o usuaria. Sin embargo, ya os decimos ahora que, desde Oris, si debemos decantarnos por alguno, será el eléctrico.

El cepillo eléctrico

El cepillo eléctrico se ha popularizado durante los últimos años, y se ha convertido en uno de esos electrodomésticos que se regala en Navidad, para el cumpleaños… Es ideal para niños y niñas, y personas con dificultades motrices (personas mayores o personas con algún tipo de discapacidad), sobre todo porque no es necesario trabajar excesivamente la técnica: su movimiento rotatorio hace que sea mucho más automático. Además, suele llegar a lugares de la boca donde el cepillo convencional no llega. Puestos a elegir, es más indicado el que tiene un movimiento oscilatorio y rotatorio para garantizar el acceso a rincones difíciles.

En general, el cepillo eléctrico hace el trabajo con mayor rapidez y, sobre todo, con mayor comodidad (no es necesario tener una técnica depurada y no es necesario hacer tanta fuerza). Y, según algunos estudios, elimina mayor cantidad de placa bacteriana que el cepillo manual. Es importante recordar que los cabezales deben cambiarse cada tres meses.

El cepillo manual

De todas formas, el cepillo manual, el de toda la vida, no ha perdido puestos en la carrera. Como virtudes tiene el hecho de que su precio es considerablemente menor que el eléctrico. También su mantenimiento es menos constante, ya que sólo debemos preocuparnos de cambiarlo cada dos o tres meses. Y, además, podemos llevarlo a todas partes (incluso a lugar donde es difícil encontrar pilas o enchufes para recargar). También es recomendable en casos de periodontitis, ya que la fuerza del cabezal giratorio del eléctrico puede provocar que la encía se reproche aún más.

Consejos para el buen cepillado

Sea como fuere, tanto si utilizamos uno como otro, lo que es más importante a la hora de velar por nuestro bienestar dental es:

• Elegir un cepillo que tenga los pelos de nylon y con las puntas redondeadas, con un nivel de dureza suave. Un cepillo demasiado duro puede llegar a estropear las encías.
• Cepillarse los dientes tres veces al día después de las comidas.
• Emplear una pasta fluorada, en las cantidades adecuadas en función de la edad.
• No compartir los cepillos, puesto que ponemos en riesgo nuestra boca frente a infecciones.
• Y deben conservarse en un entorno medianamente húmedo y cerrado para que las bacterias no se descontrolen.